miércoles, 12 de marzo de 2014

Asesinas emocionales

Soy mujer y hoy escribo contra las mujeres. Porque sí, porque saltándome las generalizaciones, ya que por suerte no todas son iguales, me sorprendo entendiendo a la perfección a muchos hombres cercanos a los que quiero que se sienten manipulados, dominados, anulados, engañados... como cualquiera de nosotras nos hemos podido sentir por culpa de ellos cuando hemos estado en pareja.

Aunque no se trata de culpas, ni de bandos de mejores y peores. Sería una terrible torpeza caer en la trampa de la guerra de los sexos en la que muchas veces nos quieren hacer caer, solo por el interés de dividir en lugar de unir y todo lo conveniente que conlleva eso. Pero reparar un poco en la reflexión sí me parece conveniente.

Me he cansado de historias tan semejantes basadas en actitudes y valores deplorables que siempre cargamos a los hombres, como si vinieran así fabricados de serie, cuando las mujeres se instalan en un victimismo que les justifica de hacer exactamente lo mismo cuando no daños peores. Somos mujeres y en muchas cosas tenemos las de perder, pero en otras sabemos que ganamos y es aquí donde me instalo contra las mujeres que ejercen una violencia sutil hacia sus parejas desde el chantaje emocional y la legitimidad que se le puede otorgar considerarse el sexo débil.

Son ellas las que me irritan y me hacen lanzar la voz para reclamar la conciencia y lucidez de quienes van por la vida hiriendo, soberbias e implacables con una fuerza y poder inventado y que optan por creerse con el único fin de someter.

El tema de la responsabilidad y el compromiso está siendo muy recurrente últimamente en mis conversaciones, sobre todo entre las mesas de la oficina cuando mi equipo de trabajo, enteramente femenino, se enfrenta a situaciones laborales en las que la carencia de estos valores resulta demoledor. Yo, la verdad, no puedo soportarlo. Pasar de todo, mirarnos el ombligo, cambiar de postura en nuestra comodidad y lloriquear como niños ante las consecuencias de lo que hacemos o no, me produce un rechazo que no puedo más que calmar a través de la escritura. (Si no fuera por mi blog....)

Si esto lo extrapolo a la mujer, la realidad es más apabullante. Me pregunto cuándo vendrán los días de mirarse con un microscopio las entrañas y dejarnos de sacar brillo al ombligo para ver qué tipo de persona hemos elegido ser, porque lo elegimos. Si nos gusta y nos hace feliz ser quienes somos y en cualquier caso, somos capaces de amarnos y transformarnos en lo que cada día soñamos ser, dejando atrás culpas hacia los demás, dramatismos y victimismos que nos ponen la vida más fácil por tener con qué justificarnos; o si nos construimos como personas auténticas y responsables que saben de dónde vienen, a dónde van, han perdonado por el camino y se sienten esa clase de super hérores que solo cuentan con un único poder: el de saberse, reconocerse y quererse para saber, reconocer y amar a los demás con más oferta y menos demanda a un mundo que desde que nacemos ya nos está ofreciendo todo.

Las asesinas emocionales parecen ser hermosas pero son feas. Mucho. No están en ese camino, ni en ningún kilómetro cercano y yo las rechazo y las rechazo por el dolor que no dejan de provocar. Exactamente igual que a los asesinos emocionales.




2 comentarios:

Anónimo dijo...

Amén tia, estoy totalmente de acuerdo con todo. Da la casualidad (o no) de que en mi entorno tengo a un par de personas (amigas?) así y despues de unos cuantos años de observar su conducta asesinaemocional con las mil y una parejas que han tenido empieza a oler todo un poco (bastante) mal. y llega el dia en que por fin puedes observarlas des de un punto mas objetivo y te das cuenta de lo mal que estan en realidad, que como digo yo "no saben ni donde tienen el culo" de la incapacidad de gestionar sus emociones, sentimientos, vivencias, pequeños traumas, y que acaban cargando con sus pobres parejas. la historia es la de siempre: aparece persona que me gusta. me amoldo a ella para tenerla bien agarrada. pasan los meses y empieza a no darme lo que quiero. entonces me vuelvo cruel.
la verdad es que tenemos una gran carencia de educación emocional en esta sociedad y mundo, algo tan, o mas, importante, que aprenderse los nombres de los rios de europa (que también muy importante jeje). y somos pocas las personas que somos realmente conscientes de la importancia de saberse escuchar y gestionar las emociones una misma, y de intentar no cargar con otras personas y cosas nuestras frustraciones. podria no reducirse a una cuestion de mujeres asesinas emocionales u hombres mezquinos, pero por desgracia entra todo el tema de los roles de genero que nos inculcan des de que nacemos y supongo que de ahi muchisimas frustraciones y errores que cometemos nosotras, al pensar que las cosas deberian ser como nos enseñaron des de pequeñas.
aunque también cabe decir que, al menos en mi caso, estas conductas crueles tambien las reproducen en las amistades. cogen otra forma, pero estan ahi.
la clave supongo esta en el ser consciente o no de tu situación emocional, en saber donde tienes el culo vaya jeje ;)
uf! vaya verborrea!!
gracias de nuevo por tus posts!! es un placer leerte!

Eli

Anónimo dijo...

lo de casualidad (o no) lo digo porque creo que hay mucha mas gente asi de la que pensamos! para evitar mal entendidos ;)

Eli

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